Editorial publicado el 14 de Junio de 2006
Estos últimos días hemos visto la invasión de información sobre el mundial de fútbol de Alemania. Parecería que todo en nuestro país (y parte del mundo) ha quedado supeditado a esta competencia y su agenda. Esto muestra la importancia que los deportes van asumiendo día a día en la escala de prioridades mundiales. Pocos son los que dudarían con quien sacarse una foto de tener que optar entre una estrella del deporte (o del espectáculo) y un pensador, científico o político destacado. Ganan sin dudas los primeros por goleada (nuevamente el deporte en nuestro vocabulario). Creo que todos quedamos cansados luego de automovilismo, fútbol, tenis, rugby y no sé qué mas, en un raid infernal que nos ha dejado agotados de hacer tanto zapping con el control remoto.
Estos últimos días hemos visto la invasión de información sobre el mundial de fútbol de Alemania. Parecería que todo en nuestro país (y parte del mundo) ha quedado supeditado a esta competencia y su agenda. Esto muestra la importancia que los deportes van asumiendo día a día en la escala de prioridades mundiales. Pocos son los que dudarían con quien sacarse una foto de tener que optar entre una estrella del deporte (o del espectáculo) y un pensador, científico o político destacado. Ganan sin dudas los primeros por goleada (nuevamente el deporte en nuestro vocabulario). Creo que todos quedamos cansados luego de automovilismo, fútbol, tenis, rugby y no sé qué mas, en un raid infernal que nos ha dejado agotados de hacer tanto zapping con el control remoto.
Y esto debería hacernos ver las grandes posibilidades que representa para la tecnología. Si bien hay algunas empresas que han incursionado en desarrollo de productos o servicios tecnológicos ligados a los deportes (algo así como un e-sport) dentro de nuestro país, es evidente que un mercado de estas dimensiones y con el atractivo que representa, debería hacer que nuestro ingenio nos permita buscar nuevas formas de proveer soluciones de todo tipo, para la administración, simulación digital, marketing, comunicaciones, estadísticas y digitalización de imágenes, solo por mencionar algunos pocos ejemplos. Argentina tiene una de las mejores reputaciones en cuanto al deporte del balón pié (como le gustaba decir a un periodista deportivo), por lo que entiendo hay un gran espacio para que desarrollemos una gama de productos y luego usemos estas ventajas para su incursión en otros mercados.
En suma, mucho por hacer. Como siempre, los precursores y perseverantes tendrán la mejor parte. Pero que negocio hay, hay.
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