viernes, 28 de septiembre de 2007

El necesario balance entre la política y la economía

Editorial publicado el 10 de Mayo de 2006

Luego de la tremenda crisis en la cual cayó nuestro país hace pocos años, parecía como muchos actores claves habían entendido la necesidad de mantener un balance entre las acciones políticas y las económicas, porque lo primero sin lo segundo es un país pobre, y lo segundo sin lo primero es la plutarquía.

Cuando los sectores económicos avanzan mas allá de su natural entorno, no permitiendo que la política juegue su rol de articulador de planes y orientador de estrategias comunes, sobreviene la ley de selva donde solo sobreviven los mas aptos y pagan los débiles. Pero el proceso inverso, es decir la política dominando todos los aspectos de la agenda nacional, termina asfixiando la economía y haciendo imposible el marco para hacer negocios, y en el extremo, la caída en la pobreza de los habitantes. Algo de esto creo que deberíamos haber aprendido de las pasadas crisis.

Sin embargo, vemos con preocupación algunas señales que parecen ir en este último sentido, y como aún son incipientes, tal vez sean solamente apreciaciones temporales o acciones primarias que puedan revertirse rápidamente. Pero como dice el refrán:" mejor es prevenir que curar".

Veamos:
No puede estar el país productivo afectado significativamente en su accionar por las acciones de la política, porque se estarían dando las señales equivocadas. Por el contrario, debería prevalecer el espíritu dialoguista y complementario, que ha dado bastantes buenos resultados hasta ahora. Los políticos en un rol protagónico y los empresarios relegados a ser espectadores con escasa participación, es sin dudas, el camino incorrecto (como también lo sería a la inversa).
Para que se entienda lo que quiero decir, veamos dos ejemplos recientes:

Días atrás participamos en un evento para promocionar la industria TIC en una provincia Argentina (no es tan importante saber cual). En ese ámbito estábamos promoviendo la industria, el empleo y la capacitación, en un entorno geográfico que no tiene radicada una fuerte industria TIC local. Era el marco era el apropiado para alentar a que tenga un rol protagónico el sector privado, apoyado desde el sector público. Sin embargo, cuando llegó el momento de los actos (y actitudes), no solo hubo que esperar mas de una hora y media a las autoridades públicas, sino que al llegar estas, tomaron todas las posiciones en el estrado, relegando a los delegados empresariales a butacas en la sala. Y cuando fue necesario firmar un grupo de acuerdos, los empresarios lo tuvieron que hacer de pié, porque ningún funcionario quiso levantarse, a u n que no tuviera una participación activa en las firmas. Finalizado el acto, los funcionarios se retiraron rápidamente con su séquito y dejaron a los presentes (finalmente para quienes iba dirigido el mensaje productivo) con los empresarios quienes eran los que venían a proponerles acciones concretas. Es mas, hubo que agradecerles a las autoridades políticas por su participación.

Conclusión: si alguno de ustedes hubiera sido un asistente independiente, la foto que les hubiera quedado era muy clara: los únicos importantes eran los políticos y es con ellos que debería gestionar empleo, o cualquier otra cosa, no con los empresarios. Temible foto para el futuro argentino, si la vemos así.

Días mas tarde, en el Congreso Mundial de Austin, vimos que los funcionarios políticos (en este caso Americanos, y de hecho mucho mas relevantes que los anteriores en función de su peso político), hicieron tiempo tras bambalinas, para presentar...a los empresarios. Esto causó mas de un comentario entre la delegación Argentina, y aunque uno reniegue de algunas prácticas en ese país, no deja de ser un buen indicio de como deberían manejarse las cosas. En suma, las empresas son las generadoras de impuestos que permiten que se realimente el proceso de la política, que finalmente define las reglas del juego para permitir un crecimiento orgánico y equitativo. Esa es la natural forma de manejar las cosas.

Son solo dos ejemplos que marcan estilos diferentes. Y con esto solo pretendo marcar la importancia que tiene que trabajemos para que a nuestros políticos, y a nosotros mismos como empresarios, no les permitamos crear un desbalance en la interrelación que es necesaria para que un país crezca orgánicamente. Nosotros podemos hacer docencia en algún caso, y acciones en el otro. Pero no hacer nada podría retrotraernos a pasadas experiencias no muy buenas.
Tal vez por ahora sean señales incipientes, pero mejor estar alertas.

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