Editorial publicado el 23 de Febrero de 2007
“-y yo creo que algo de esto ya está pasando-, pero no estamos aquí discutiendo el tener una cuchara, sino estamos definiendo la mejor forma y tamaño de ella, para poder recolectar mas”.
Así concluí mi mensaje (incluyendo algún desliz con el cargo de la Ministro de Economía), el pasado Jueves 15/2, en la casa de Gobierno.
De la creación de la Fundación ya hemos hablado y del acto de la firma del Decreto acaba de salir publicado en un número especial del boletín, por lo que no hablaremos de ello.
Creo que esta frase, extraída del refranero popular, nos deja espacio para algunas reflexiones adicionales.
“Llover sopa” lleva a la idea que circunstancias inusuales nos permiten tener oportunidades no previstas, y por lo tanto se evidencia la necesidad de no estar con “un tenedor” en ese momento. Argentina, incluido este sector, ha dejado escapar muchas veces buenas oportunidades solo por no estar preparados o atentos.
Me recuerdo particularmente de la época en que el gobierno de Collor de Melo en Brasil, redujo drásticamente las barreras de entrada en ese país, establecidas por la SEC una década atrás. Brasil, por aquel entonces, tenía un formidable atraso tecnológico, dado que no podrían entrar ni hardware ni software que no eran fabricados en ese país. Las PCs eran de pésima calidad y muy caras (pagué mi primer clon del equivalente a una IBM-AT mas de 15.000u$s), y carecía de software especialmente para los equipos de rango medio (los mini-computadores). Solo en mainframes habían realizado fuertes desarrollos. Y muchas empresas internacionales (IBM, Digital, HP), vinieron a Argentina para buscar soluciones que puedan venderse en ese entorno. Claro, el mercado brasilero aún no conocía las ventajas del procesamiento distribuido, ya maduro en el nuestro, por lo que había que hacer inversiones en conjunto con empresas Brasileras para evangelizar allá. De mas está decir, que múltiples razones (entre otras, una falta de concepto con respecto a la importancia de considerarnos como una industria y trabajar asociativamente, y ningún apoyo oficial), hicieron que muy pocos casos escucharan este llamado, y muchos menos aún que tuviesen éxito.
Hay razones para pensar que estamos ahora, ante una buena era en materia de la demanda de IT en el mundo. Los últimos reportes así lo muestran. Pero debemos estar preparados para lo que los mercados requieren, no lo que nosotros queremos vender. Respetando la calidad, logística, atención y demás aspectos que ellos necesitan.
Es por esa razón, que debemos tener la “cuchara en la mano”, y a su vez, hacer que nuestros productos y/o servicios sean competitivos, para poder captar más “sopa”. En suma, no quedarnos en lo que tenemos, sino reinvertir en reingeniería de los productos, o procesos, y en la adecuación tecnológica necesaria. Hoy hay varios instrumentos financieros que permiten que las empresas puedan obtener recursos que les faciliten este esfuerzo -hay subsidios y créditos oficiales, y también algunas facilidades mayores para obtener fuentes privadas de financiamiento-.
Y la creación de esta Fundación debería ser una herramienta eficaz, para la obtención de buenos niveles de I+D a costos razonables. En suma, parece que podríamos hacer que la cuchara sea la mejor, para cuando “llueva sopa”. Y tenerla en la mano, of course.
¿Será esta nuestra oportunidad?. Esperemos que si, al menos debemos intentarlo.
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