Editorial publicado el 21 de Agosto de 2007
… son dos de los sectores de la economía que mas dinámicos de los últimos años en nuestro país. Así como crece fuertemente la producción y exportación de soja, también lo hace la cantidad de personas desarrollando software y exportándolo.
Sin embargo, las simetrías terminan no muy lejos de allí. Porque además de ser el primero un commodity, y de bajo valor agregado, el consumo doméstico es muy bajo, dado que los Argentinos nos alimentamos de proteínas a través de la carne. Por lo cual, queda un amplio margen para la exportación, y mas producción es igual a mas exportación (al menos mientras los mercados sigan demando)
Pero en el Software y los Servicios Informáticos, que es el fruto de la capacidad intelectual de nuestra gente, no pasa lo mismo porque tenemos afortunadamente un consumo importante de tecnología en nuestro país, por lo que las exportaciones “compiten” con la provisión para el mercado doméstico. En una visión idílica, podríamos decir que sería altamente beneficioso que nuestro país exporte software “embebido” en otros productos, dado que de esa manera las empresas de otro tipo, estarían tecnificadas, haciendo uso intensivo de sistemas en su cadena productiva, en sus productos o en la logística. Al fin, resultaría mas beneficioso, exportar aviones con software incorporado que solo el software. Lamentablemente sabemos que no es así, y los bienes con mayor valor agregado en Argentina, no superan el 25% del valor de las exportaciones totales.
Por lo que el software que se exporta, intenta cubrir con otros ingresos, la ausencia de un mayor mercado local. Pero paradójicamente este mercado local no es tan pequeño como para no ser interesante, con lo cual se produce una natural competencia entre uno y otro. Hoy cerca del 20% de los ingresos provienen del exterior y parecería razonable que alcancemos una saludable relación de 2/3 a 1/3 entre mercado domestico vs exportaciones, con lo cual tendríamos una buena cobertura de tecnología para los mercados locales, pero a su vez creando las bases de una industria SSI sustentable.
Finalmente son dos buenos negocios la soja y el software para el país. Pero aún lo mejor está por verse, según entiendo.
martes, 30 de octubre de 2007
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